jueves, 21 de febrero de 2013

Memphis Slim


El primer disco que me compre de blues fue uno de Memphis Slim (1915-1988). Los Stones me enseñaron el camino y Memphis Slim me abrió las puertas del blues.

Cantante, pianista y compositor. Esta considerado como uno de los mejores pianistas de blues. Su composición "Everyday I Have The Blues" (1947) es uno de los más famosos estandar del genero, grabado por cientos o miles de músicos.


Su piano acompaño a casi todos los grandes de la época. Gracias a "los melenudos" britanicos (John Mayall, Eric Clapton, Rolling Stones, ...) que a comienzo de los 60 reivindicaron la música blues, consiguió hacer múltiples actuaciones en Europa. 

A continuación, os dejo con una serie de actuaciones de Memphis Slim en la que también aparece el gran Sony Boy Williamson, otro destacadísimo y querido bluesman de esta casa, del que ya he hablado en entradas anteriores. Si te gusta el blues disfrutaras con el siguiente video.

domingo, 17 de febrero de 2013

Tajabone


CANCION DEL QUE VA A NACER

Cuando una mujer de cierta tribu de Africa sabe que esta embarazada se interna en la selva con otras mujeres y juntas rezan. Meditan hasta que aparece la canción del niño.

Saben que cada alma tiene su propia vibración, que expresa su particularidad, unicidad y propósito. Las mujeres entonan la canción y la cantan en voz alta. Luego retornan a la tribu y se la enseñan a todos los demás.

Cuando nace el niño, la comunidad se junta y le cantan su canción. Cuando el niño empieza su educación, el pueblo se junta y canta su canción. Cuando se inicia como adulto la gente se junta nuevamente y canta su canción. Cuando llega el momento de su casamiento la persona escucha su canción.  Y finalmente, cuando el alma se va de este mundo, la familia y sus amigos se acercan a su cama e igual que para su casamiento le cantan su canción para acompañarlo en la transición.

En esta tribu de Africa hay otra ocasión en el cual los pobladores cantan la canción. Si en algún momento durante su vida la persona comete un crimen o un acto social aberrante, la tribu le lleva al centro del poblado y forma un circulo a su alrededor. Entonces le cantan su canción. 

La tribu reconoce que las conductas antisociales no se corrigen a traves del castigo sino con el amor y el recuerdo de su verdadera identidad. Cuando reconocemos nuestra propia canción ya no tenemos deseos ni necesidad de hacer nada que pudiera dañar a otros. Aquellos que te aman no pueden ser engañados por los errores que cometes o las oscuras imágenes que muestras a los demás  Ellos recuerdan tu belleza cuando te sientes feo; tu inocencia cuando te sientes culpable y tu propósito cuando estas confundido.

Tolba Phanem
Poetisa africana defensora de los derechos civiles de las mujeres africanas



Tajabone es una fiesta que se celebra en Senegal después del Ramadan. Tras un duro mes de ayuno, los más pequeños salen a la calle vestidos del sexo contrario al que pertenecen y piden como premio comida, bebida, etc. Una fiesta llena de alegría. 

No se senegales, ni conozco su cultura. La música traspasa fronteras y si una canción es buena, no es necesario entender lo que dice su letra para que te atrape. Tajabone la descubrí en la película de Pedro Almodovar "Todo sobre mi madre". El sonido de la guitarra y la armónica acompañando a la voz de Ismael Lo me atrapo. Cada vez que la escucho siento un cosquilleo y no puedo dejar de tararearla en todo el día. Espero que a tí también te atrape.

viernes, 8 de febrero de 2013

Happy


Well, i never Kept a dollar past sunset
Always burned a hole in my pants
Never made a school mama happy
Never blew the second chance, oh no

I need a love to keep me happy

Me hubiera encantado que muchos de los temas hubieran salido como "Happy". Las grandes canciones se escriben solas, te llevan a rastras tirándote de la nariz o las orejas. La habilidad consiste en no interferir demasiado. Ignora la inteligencia, ignóralo todo, simplemente síguela a donde te lleve. En realidad no tienes ni voz ni voto, y de repente ahí esta, "¡ya sé como va!", y no te lo puedes creer, porque piensas que nada surge así. Te preguntas:¿de dónde he robado esto? No, no, es original. Bueno, todo lo original que puede llegar ser, y caes en que las canciones se escriben ellas mismas; tú eres la correa de transmisión.

En cualquier caso, una canción debería salir del corazón. Yo nunca he tenido que pensármelo, simplemente he agarrado la guitarra o me he ido al piano y he dejado que me fueran llegando las cosas. Siempre viene algo. Entra material. Y, si no era el caso, me ponía a tocar las canciones de otros y nunca he llegado al punto de tener que decir: "Hoy no escribo!. Nunca jamas me ha pasado. Cuando descubrí que podía, me pregunté si después de la primera habría una segunda, y luego vi que brotaban de mis dedos como perlas. Nunca me ha costado escribir canciones, siempre fue un absoluto placer y un regalo maravilloso que no era consciente de haber recibido. Nunca deja de sorprenderme.

Extracto del libro "Life". Memorias de Keith Richards.


domingo, 3 de febrero de 2013

Carmen Amaya


Carmen Amaya (Barcelona 1913- Bagur, Gerona 1963) se ganó pronto el reconocimiento nacional. Con seis años ya asombraba a la clientela que pululaba por el Barrio Chino barcelonés. Viajará a París y triunfa en Andalucía. Pero es Madrid quien le da el espaldarazo definitivo, ciudad a la que llega en 1935, animada por la familia Sabicas. Había una "miajita" de guasa entre los flamencos asentados en la capital: "¿Una catalana va a saber bailar? ¡Anda ya!". A todos se les cortó el aliento al verla y se convirtieron en incondicionales defensores de Carmen. Tenía 22 años y arrollo. El triunfo la lleva al cine, rodando "La hija de Juan Simón", de segundaría, y protagonizando "Maria de la O" al lado de Pastora Imperio. 

Con el estallido en 1936 de la guerra, Carmen y su troupée marchan a Portugal y, desde allí, a Buenos Aires. Era una familia viajando por el mundo; abuelos, padres, tios y niños. En aquel coliseo, al lado de la gran exhibición de arte puro gitano del clan Amaya, actuaban Antonio Vico, Anita Sevilla, Angelillo ... De entre todos, el público eligió una figura para salir en gira por el país y la América hispana.  Fue Carmen. Y en cada lugar la armó: Chile, Perú, Ecuador, Centroamérica y, finalmente, México, que se convierte en su nueva morada. Iba de guitarrista principal el maestro Sabicas, que interpretaba en cada actuación un par de solos. Carmen y Sabicas se profesaban mutua admiración e indisimulado cariño; por muy poco no hubo boda. En 1940 la contrata Mister Hurok; empieza la aventura "pikinglis"


De la mano de Sol Hurok, en 1941, Carmen arrasa en el Carnegie Hall. La crítica se volcaría con ella: "Una gitana tempestuosa, desbordante de vitalidad" (New York Times); "Una experiencia que rara vez se repite" ((Herald Tribune); "Frenética, rápida, furiosa y relampagueante" (Journal American). El presidente Roosevelt la invita a actuar en La Casa Blanca. Debuta en Broadway, en el musical de Ed Wyn "Ríe, ciudad, ríe". Fue el comienzo de una interminable actividad por multitud de salas neoyorquinas, siendo aclamada por la prensa como"lo más excitante de la escena". Hasta 1945 estuvieron en Estados Unidos, regresando a España por primera vez en 1947.  Continuarán sus presentaciones mundiales con una Carmen reconocida como numero 1 en toda América y Europa. De nuevo con el maestro Sabicas como primer guitarrista registran en Nueva York la joya discográfica "¡Flamenco! Carmen Amaya y Sabicas" con su garrotín, su jaleo canastero y las colombianas. 

Con Pilar López fue pionera del baile en TVE, aunque lamentablemente no ha quedado constancia de ello. Su testamento artístico lo bordó en el cine a las ordenes de Francisco Rovira. Fue una adaptación de "La historia de los Tarantos", de Alfredo Mañas. A decir del autor, se trata de una representación simbólica de las dos Españas, eternamente enfrentadas; sin embargo, para la colectividad fue un "Romeo y Julieta" a lo gitano. Carmen estuvo insuperable, en bailaora y en actriz de importante vena dramática. Se estreno en 1963 y fue seleccionada para un Oscar que, sin duda, se hubiera merecido.


Retirada a descansar en Bagur, Gerona, fallece a los cincuenta años por insuficiencia renal. Se supo que el baile le había regalado años de vida; el tremendo esfuerzo físico diario a que se sometía le servía para limpiar por transpiración las toxinas que sus riñones no filtraban. El respiro fue el fin. "Si no bailo me muero", dijo alguna vez, y no podía ser más verdad. Todo en ella fue impresionante.

No se ha conocido una bailaora con tanta garra y coraje, ímpetu y corazón flamencos a más no poder. Usó pantalón para que se vieran sus movimientos de pies, que la mujer también los tiene; vistió bata de cola. Inolvidable su vuelta quebrada hacía atras, y ese estilo recogido hacía dentro. Carmen Amaya forever.

Extraido del libro "Una Historia del Flamenco" de José Manuel Gamboa