Muchos días han pasado desde la última vez que pinche el cantecito de Kiko. Me perdí el concierto que dio en la Sala La Riviera y eso fue imperdonable.
Pero lo primero es lo primero. Vamos con una descarga de RockanRoll.
Todos los días, al comenzar una nueva jornada, debería reflexionar durante unos minutos y pensar la suerte y el privilegio que me a tocado vivir en este mundo tan violento e injusto. Siempre he gozado de buena salud y hasta que no te falta no le das importancia. Ver que tengo una mujer y unos hijos maravillosos, que estoy rodeado de unos amigos cojonudos que en los malos momentos acuden en tromba para levantarte el animo, que buena parte de mi familia me quiere y me lo demuestra en situaciones como la que he vivido hace unos días es uno de mis grandes tesoros.
La historia comenzó con un golpe en el pulgar de la mano izquierda al cerrar una ventana. En principio un golpe sin importancia que me provoca un dolor momentáneo que se disuelve en seguida. Pasados los días, y olvidado el incidente de la ventana, vuelvo a golpearme levemente el pulgar provocandome un pinchazo dolorosísimo. La noche la paso regular y al día siguiente me presento en el hospital que me corresponde y me recetan omeprazol (protector estomacal) y enantyum (analgésico y anti inflamatorio). Paso tres días en casa regular y el cuarto amanezco con el dedo que parece una morcilla de burgos a punto de explotar. Corro al hospital donde me practican un drenaje y me dicen que puedo perder el dedo. En ese momento cojo la autopista que va directamente al infierno.
La primera intervención quirurjica es todo un éxito. El equipo que me opera esta compuesto por traumatólogos y cirujanos plásticos. La operación la consideran un éxito y me comunican que a lo largo de los días volveré a visitar la sala de operaciones. A mi familia le comunican que si hubiera sido cualquiera de los otros dedos de la mano me lo hubieran amputado. Los días han ido pasando entre curas y operaciones, sedantes para calmar el dolor cada cuatro horas metidos directamente en vena y antibiotico para combatir el mal que invadió mi dedo pulgar.
Mañana voy a tener una nueva intervención con el equipo de cirugía plástica. Ayer, en la cura que me realizaron, me dieron muchas esperanzas de que el problema esta evolucionando muy positivamente. Espero que mañana sigamos dando otro paso hacia adelante y seguir avanzando hacia la anhelada recuperación total.
Desde aquí doy las gracias a todos los seres humanos que han ido pasando por la habitación 206 y que han estado llamando por teléfono día tras día para interesarse por la evolución de mi dedo pulgar.
A Papá, que todos los días se pasa por las mañanas, me trae la prensa y me pregunta que necesito para el día siguiente. A mis primos Sole y Manu, Myriam y Carlos por el cariño que me han transmitido. A mis sobrinas Cyntia, Sara y Eva, las sobris más guapas del mundo. A los amigos de la infancia: Carlos y Espe, Paco, Fede, Jorge y Chuchi por el buen rato que me hicieron pasar el pasado domingo y sus constantes llamadas telefónicas. A mis cuñaos Jose y Tere (ya me he leido el libro que me regalasteis), Arturo y Luci, Casto y Elena (que ricos los bollitos), Fernando (estoy deseando llegar a casa y escuchar el último de Miguel Poveda que me dejaste), Alfonso y Toñi (que cerezas más ricas), Chus y Carlos. A los amigotes Wili, Angeles, Chupi, Carmen, Diego, Triana y Koko (tengo clavada en la pared de la 206 la camiseta de la selección que me dejaste firmada). A Rosa y David (tu compañia y tu labia me quitaron la depre que me invadía). A Roberto y Laura (tus toques telefonicos me reconfortaban). La llamada de Piti desde Bruselas dando me caña para no bajar la guardia. A los enfermeros/as de la unidad de asepsia, Laura, Begoña, la porteña Estela, el gran Horacio y Fernando, autenticos cracks en las relaciones con enfermos ...
y sobre todo a mi equipo, mis hijos (tengo grabada en mi mente vuestra cara de susto del primer día) y a mi compañera y madre de ellos. Por el amor y cariño que me han dado y han expresado día a día.
¡Gracias a todos.
Os debo una bien grande!