martes, 26 de junio de 2012

Vestidos de Domingo

Felicidad
que bonito nombre tienes,
Felicidad
vete tú a saber dónde te metes.
Felicidad
cuando sales sola a bailar
te tomas dos copas de más
y se te olvida que me quieres.


"Vestidos de Domingo" fue el tercer disco que publico La Cabra Mecánica, grupo español liderado por Lichis. Con él pasaron de la semi clandestinidad al estrellato, sobre todo con "La Lista de la Compra", canción que contó con la colaboración de la"folclórica" ya retirada, Maria Jimenez y que  nos acompaño en el verano de 2001


Tu que eres tan guapa y tan lista
tú que te mereces un príncipe, un destista, ¡tú!
te quedas a mi lado
y el mundo me parece
más amable, más humano,
 menos raro, ¡tú! 

martes, 19 de junio de 2012

Jumpin


Con "Jumpin´Jack Flash" y  "Street Fighting Man" había descubierto que se podía sacar un nuevo sonido a la guitarra acústica, uno chirriante y sucio que surgió en moteles de mala muerte donde el único equipo que tenías para grabar era aquel invento nuevo, la grabadora de cintas. De repente tenías un mini estudio. Tocando con la acústica, sobrecargabas la grabadora Philips hasta el punto de distorsión de modo que, cuando lo escucharas luego sonara como una eléctrica; vamos, que estabas usando la grabadora de pastilla y de ampli al mismo tiempo, forzando a la acústica a pasar por la grabadora, y lo que salía por el otro lado era eléctrico de cojones. El sonido de la acústica es muy seco y tienes que tocarla de un modo distinto.Pero si logras electrificar ese sonido diferente, lo que sacas es un tono increíble.

En el estudio, enchufaba la grabadora a un altavoz, le metía un micrófono al altavoz para que tuviera un poco más de amplitud y profundidad y ponía la cinta: eso era la base. En "Jumplim´Jack Flash" no hay instrumentos eléctricos excepto el bajo, que añadí como otra pista después; lo demás son todo guitarras acústicas. Ojala pudiera hacer eso todavía, pero ya no se fabrican los equipos como antes, ahora les ponen un limitador para que no puedas sobrecargarlos: estás empezando a sacar algo en limpio y te ponen un candado. En el grupo, a todos les pareció que se me había ido la olla pero me dejaron seguir por darme el capricho.

Cada vez que toco "Jumplin´Jack Flash", oigo a toda la banda despegando a mis espaldas, tienes una especie de aceleración extraturbo adicional: te embalas, te abalanzas sobre el riff y él te toca a ti: "¿tenemos ignición? Pues entonces ... ¡vámonos!  Es una canción que cada vez tocas de manera distinta dependiendo del tempo que lleves tú ese día. Cuando me doy cuenta de que he dado con el tempo adecuado y tengo a la banda detrás es como un avión despegando, ni noto si tengo los pies tocando el suelo. La gente me pregunta "¿por qué no lo dejas?". El hecho es que no me puedo retirar hasta que no estire la pata. Creo que no acaban de entender lo que gano yo con todo esto. No lo hago sólo por dinero ni por ti. Lo hago por mí.


Keith Richards 



(Pdata: Ayer me dieron el alta medica y esta noche he dormido en mi cama.)

viernes, 15 de junio de 2012

Desde La 206

Muchos días han pasado desde la última vez que pinche el cantecito de Kiko. Me perdí el concierto que dio en la Sala La Riviera y eso fue imperdonable. 

Pero lo primero es lo primero. Vamos con una descarga de RockanRoll.


Todos los días, al comenzar una nueva jornada, debería reflexionar durante unos minutos y pensar la suerte y el privilegio que me a tocado vivir en este mundo tan violento e injusto. Siempre he gozado de buena salud y hasta que no te falta no le das importancia. Ver que tengo una mujer y unos hijos maravillosos, que estoy rodeado de unos amigos cojonudos que en los malos momentos acuden en tromba para levantarte el animo, que buena parte de mi familia me quiere y me lo demuestra en situaciones como la que he vivido hace unos días es uno de mis grandes tesoros.


La historia comenzó con un golpe en el pulgar de la mano izquierda al cerrar una ventana.  En principio un golpe sin importancia que me provoca un dolor momentáneo que se disuelve en seguida. Pasados los días, y olvidado el incidente de la ventana, vuelvo a golpearme levemente el pulgar provocandome un  pinchazo dolorosísimo. La noche la paso regular y al día siguiente me presento en el hospital que me corresponde y me recetan omeprazol (protector estomacal) y enantyum (analgésico y anti inflamatorio). Paso tres días en casa regular y el cuarto amanezco con el dedo que parece una morcilla de burgos a punto de explotar. Corro al hospital donde me practican un drenaje y me dicen que puedo perder el dedo. En ese momento cojo la autopista que va directamente al infierno. 


La primera intervención quirurjica es todo un éxito.  El equipo que me opera esta compuesto por traumatólogos y cirujanos plásticos. La operación la consideran un éxito y me comunican que a lo largo de los días volveré a visitar la sala de operaciones. A mi familia le comunican que si hubiera sido cualquiera de los otros dedos de la mano me lo hubieran amputado. Los días han ido pasando entre curas y operaciones, sedantes para calmar el dolor cada cuatro horas metidos directamente en vena y antibiotico para combatir el mal que invadió mi dedo pulgar.

Mañana voy a tener una nueva intervención con el equipo de cirugía plástica. Ayer, en la cura que me realizaron, me dieron muchas esperanzas de que el problema esta evolucionando muy positivamente. Espero que mañana sigamos dando otro paso hacia adelante y seguir avanzando hacia la anhelada recuperación total.



Desde aquí doy las gracias a todos los seres humanos que han ido pasando por la habitación 206  y que han estado llamando por teléfono día tras día para interesarse por la evolución de mi dedo pulgar.

A Papá, que todos los días se pasa por las mañanas, me trae la prensa y me pregunta que necesito para el día siguiente. A mis primos Sole y Manu, Myriam y Carlos por el cariño que me han transmitido. A mis sobrinas Cyntia, Sara y Eva, las sobris más guapas del mundo. A los amigos de la infancia: Carlos y Espe, Paco, Fede, Jorge y Chuchi por el buen rato que me hicieron pasar el pasado domingo y sus constantes llamadas telefónicas. A mis cuñaos Jose y Tere (ya me he leido el libro que me regalasteis), Arturo y Luci, Casto y Elena (que ricos los bollitos),  Fernando (estoy deseando llegar a casa y escuchar el último de Miguel Poveda que me dejaste), Alfonso y Toñi (que cerezas más ricas), Chus y Carlos. A los amigotes Wili, Angeles, Chupi, Carmen, Diego, Triana y Koko (tengo clavada en la pared de la 206 la camiseta de la selección que me dejaste firmada). A Rosa y David (tu compañia y tu labia me quitaron la depre que me invadía). A Roberto y Laura (tus toques telefonicos me reconfortaban). La llamada de Piti desde Bruselas dando me caña para no bajar la guardia. A los enfermeros/as de la unidad de asepsia, Laura, Begoña, la porteña Estela, el gran Horacio y Fernando, autenticos cracks en las relaciones con enfermos ...
 y sobre todo a mi equipo, mis hijos (tengo grabada en mi mente vuestra cara de susto del primer día) y a mi compañera y madre de ellos. Por el amor y cariño que me han dado y han expresado día a día.

¡Gracias a todos.
Os debo una bien grande!