viernes, 17 de diciembre de 2010

¡Hasta Siempre, Maestro!



Pequeño Vals Vienes. 
Letra Federico G. Lorca. Música Leonard Cohen.


El cante de Enrique Morente se apago el lunes pasado a los 68 años. El Maestro nos ha dejado. Se acabo el estar pendiente de la siguiente actuación para, no solo conseguir entradas,  sino "pillar" 3º, 5º o 6º fila para estar cerca del escenario y disfrutar de esa cercanía. Se acabo el asistir a sus recitales y estremecernos con su cante "jondo". Se acabo el vivir en directo, una vez más, la ejecución de su disco Omega, autentica genialidad creativa donde cogió los versos de Poeta en Nueva York de Federico G. Lorca, se rodeo de los mejores guitarristas flamencos (Pepe "Habichuela", Vicente Amigo, Rafael Riqueni, ...) y lo mezclo con el rock metálico de los granainos Lagartija Nik. Un disco de hace más de 15 años y que volvio a sacar de gira hace unos dos años. Se acabaron esos bises geniales de fin de actuación como el de su último recital en el San Juan Bautista, el johnny, haciendo una versión morentiana del Summertime de George Gershwin. Se acabo el poderme encontrar con él haciendo de chofer y disfrutar de su tertulia con una copa en la mano.Me queda el recuerdo de aquella casualidad de la vida que me permitio encontrarme con él y conocerle. Llevarle en mi coche al bar de Las Negris de la calle Sacromonte de Madrid fue una autentica pasada y un grato recuerdo de una noche mágica. Hablamos de canciones, de politica, del alcalde Gallardón ("Por lo menos es culto" me dijo), de su último disco , "Pablo de Málaga", que llevaba en la guantera del coche y me  dedicó. "No me llames Maestro, llamamé Enrique" me decía. 
Y nos queda su música. Su tremendo legado musical. Parece ser que tenía casí acabado un nuevo disco titulado El Barbero de Picasso. Sera un doloroso placer escucharlo como he leido en la prensa estos dias. Va a ser muy duro persar en Enrique Morente como pasado cuando él ha sido siempre futuro.
¡Hasta siempre, Maestro!


4 comentarios:

  1. mira que me he acordado de ti, Javi, emocionante la despedida de Estrella. Besos.

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  2. Hermoso y merecido homenaje a un insuperable cantaor, y sobre todo, a un gran hombre.

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  3. En ese "no me llames maestro, llámame Enrique", hay muchísima humildad y humanismo.
    Estos días he oído por la radio comentarios sobre él, de gente que le conoció, y todos, todos coincidían en su grandeza como persona (además de la de artista).
    Tu texto de hoy rebosa sentimiento y verdad (algo muy flamenco).
    Estrella le pidió permiso a su madre (ahora matriarca) y se arrancó a cantar junto al féretro del patriarca.....no tengo palabras para describir ese momento....expresar tanto desgarro cantando sólo lo puede hacer un gitano (o un negro). Me emociono recordándolo.
    Abrazu apretau gran Papá Rolinga.

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  4. ¡Un abrazo para los tres!

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