sábado, 28 de enero de 2012

Billie en la cárcel


Si hubiese sabido la clase de "cura" que me esperaba en Alderson, lo podría haber hecho sola: me hubiera bastado con encerrarme en mi habitación y tirar la llave.

No había ninguna cura. No te disminuyen la dosis poco a poco, quitándotela gradualmente. Se limitan a arrojarte en el hospital. Te dejan sola y desnuda. Te miran sufrir. Las primeras noches estuve a punto de venirme abajo. Pensaba que explotaría, sencillamente. Pero despues la cosa pasa, como pasa todo, una vez que has estado en el infierno.

Los primeros días todo es idéntico al ejercito. Estas en cuarentena y te examinan de la cabeza a los pies. La cárcel de Alderson esta situada en el campo. Consta de 6 casas con 50 o 60 chicas en cada una. Una auténtica muestra de segregacionismo: 3 casas para blancas, 3 para chicas de color, en lo que se refiere a comer y a dormir. En cuanto al trabajo, negras y blancas sudan juntas la gota gorda. Pero cuando vas o vuelves marchando del trabajo, las blancas forman una fila y las negras otra. También en la capilla había discriminación: las blancas rezan en las primeras filas de bancos, las negras al fondo.


Según me dijeron , me llegaba correspondencia todos los días durante los meses que estuve en chirona. Sentí una enorme alegría al saber que la gente me recordaba. En Navidad me enviaron tres mil tarjetas desde todos los estados del pais y de ciudades remotas como Shanguai, Bombay, Ciudad del Cabo y Alejandría, y también de Europa. Pero no me daban la correspondencia porque las normas dicen que sólo tienes derecho a recibir cartas de tus familiares directos. No me quedaba nadie. Mamá y papá habían muerto.

No entoné una sola nota mientras estuve en Alderson. No tenía ganas de cantar y no lo hice. Algunas presidiarias eran muy amables y solían rogarme que interpretara algo. Se ofendian porque me negaba. No me importaba. No podría haber cantado aunque lo hubiese deseado. Si hubiesen comprendido mi manera de cantar, habrían sabido que yo no podría hacerlo en ese lugar. Mi canto se basa exclusivamente en los sentimientos. Y en todo el tiempo que estuve allí no sentí absolutamente nada.


Mientras estuve dentro, el representante de artistas Ed Fishman solía poner todos los dias conferencias desde Los Angeles para hablar con la alcaldesa. Fishman prometía que cuando saliera haría grandes cosas por mí. Más adenlate descubrí que sólo intentaba engatusarme con el fin de que trabajara para él, pero mientras estuve presa me levantaba el ánimo saber que fuera alguien se preocupaba por mí, aunque sólo fuese en sentido comercial.

En Alderson lo único que hay es una cácel. Si te montas en un tren allí, ya puedes estar envuelta en visones o con un hábito de monja, que no engañaras a nadie. Todos sabran que acabas de salir de chirona. Nunca me importó el que dirán, y la carcel tampoco me había cambiado en ese sentido. El trayecto en tren me pareció larguísimo. Al apearme vi que me esperaba mi amigo Bobby Tucker. Una mujer soltó un alarido. Cundio el pánico y alguien llamo a la policia para protegerme. En un segundo hubo luces, cámara, acción. Me rodeó una multitud y mi llegada de incognito se convirtió un buen alboroto. 

Bobby Tucker vivía con su familia en una pequeña y acogedora granja. En cuanto nos desembarazamos de la muchedumbre, Bobby se apresuró a llevarme a su casa. Faltaba poco para mi primer concierto y quería que ensayaramos de inmediato. Yo tenía mucho miedo. Le dije que no había abierto la boca para cantar en 10 meses y que no sabía cuál sería el resultado cuando lo hiciera. Bobby fue un encanto. Sabía que era lo que me preocupaba y sabía que cuanto más tiempo pasara, más me preocuparía, por lo que no quiso darme ninguna oportunidad. Para mí Night and Day es la canción más dificil del mundo y por eso le dije que probaramos con ésa para ver que ocurría. 

Jamas olvidaré la primera nota, ni la segunda. Ni especialmente la tercera, cuando tuve que decir day y prolongarla. La modulé, la retuve y sono mejor que nunca. Bobby estaba tan contento que casi se cae del taburete. Su madre salió corriendo de la casa y me abrazó. Hicimos todos los ensayos para el concierto allí mismo. En ningún momento nos acercamos a Nueva York ni al Carnegie. Bobby y su madre me hicieron sentir tan cómoda como en casa y todo funcionaba viento en popa.

Texto recopilado del libro Lady Sings The Blues

 

1 comentario:

  1. El que una persona vaya a dar a la cárcel por tenencia de drogas , habla (junto con otras circunstancias) de lo enferma y miserable de nuestra sociedad.

    Me quedó con el último párrafo, y la canción.

    Saludetes

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